El psicooncólogo es un profesional que facilita la ayuda psicológica a las personas que tienen o han tenido cáncer, a sus familiares y a los profesionales que trabajan con enfermos oncológicos. Pero no siempre es imprescindible.
Hace un tiempo me consultó una señora a la que habían diagnosticado un cáncer de mama. Estuvimos hablando de cómo se sentía y de cómo el diagnóstico y el tratamiento afectaban a su vida normal. Resumiendo la conversación me dijo “Pienso mucho en el cáncer, y en la quimioterapia, y de vez en cuando lloro un poco, pero nada más“. Y yo le respondí: “Usted no necesita un psicooncólogo“.
De todas maneras quiso hacer un par de sesiones que, naturalmente, hicimos con toda normalidad: la voluntad de ayudar a las personas siempre está. Pero también intento ser honesto.
El psicooncólogo puede ser de ayuda, pero no siempre es necesario
El psicooncólogo es necesario cuando, a causa del cáncer, una persona tiene un gran sufrimiento (malestar emocional intenso, en forma de miedo, tristeza y/o rabia), y este sufrimiento le dificulta hacer una vida más o menos normal dentro de las limitaciones que imponen la enfermedad y el tratamiento, o le cuesta adaptare a la situación o le genera dificultades de comunicación con las personas de su entorno.
Es decir, una persona que vive un cáncer muy de cerca (en ella misma o en un familiar o allegado) y tiene un malestar ligero o relativamente fácil de superar, muestra una reacción normal y recursos para manejarlo. La incertidumbre y el miedo por cómo irán las cosas es una parte casi inseparable de la enfermedad, y forma parte del proceso de adaptación y afrontamiento. Eso no significa que sea “fácil” para esta persona, sino que puede hacerlo solo/a. Puede pedir ayuda a un profesional, pero no le es estrictamente necesario. Incluso se puede plantear si merece la pena añadir al psicooncólogo con el tiempo y el dinero que esto conlleva para el usuario. Además la familia y los amigos también son una parte importante del apoyo social.
La persona que tiene un malestar más intenso, que le dificulta la vida diaria, también tiene una reacción que se puede considerar normal: el cáncer es una enfermedad grave, que causa sufrimiento, y sólo las personas que lo han pasado saben qué significa realmente esta experiencia. En este caso sí que un psicooncólogo puede hacerse necesario para acompañar a la persona en el proceso y ayudarla a mantener la calidad de vida tanto como se pueda.
En resumen: el psicooncólogo está disponible siempre, para todo el mundo, y puede ayudar de muchas maneras. Pero es aconsejable valorar si realmente es necesario, o si el sufrimiento que genera el cáncer, propio o de otra persona, se puede superar sin la ayuda de este profesional.
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