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En verano tenemos más tiempo libre y podemos leer y escribir más tranquilamente. El artículo de esta semana es algo especial: Empieza una historia y sois vosotros/as, lectores/as, quienes tenéis que continuarla. La propuesta es que cada uno/a escriba un fragmento en forma de comentario, y yo lo publicaré en el texto. Al final quedará una historia compartida y escrita entre muchas personas.

Una historia compartida - Psicología en Cáncer
Libel SanRo – Pixabay

Cómo funciona «Una historia compartida»

Este es un artículo colaborativo: A partir del primer párrafo, introductorio, quien lo desee podrá añadir el suyo. El funcionamiento de «Una historia compartida» es el siguiente:

  • En la próxima sección hay el primer párrafo de una historia -ficticia- sobre una mujer a la que acaban de diagnosticar cáncer de mama. Está escrito en primera persona: La protagonista habla de ella misma. Los párrafos que aparezcan posteriormente serán colaboracionrs de los lectores y las lectoras que quieran continuar la historia.
  • En los comentarios (al final del artículo) escribe un párrafo de entre 4 y 10 líneas, con un contenido coherente con los párrafos anteriores -para mantener el hilo de la historia- y envíalo. Pon tu nombre y apellido (si quieres, puedes firmar con pseudónimo).
  • Escribiré tu participación al texto. Los/as participantes siguientes la podrán leer para hacer su parte. Al final quedará una historia compartida. Explica a tus amigos/as que has participado, a ver si también se animan!
  • Como todo el contenido de esta web está escrito en catalán y en castellano, sus comentarios también están divididos. Escribe tu comentario en español, o cambia el idioma al catalán haciendo click en el logotipo de la bandera. Al final pueden quedar dos historias diferentes.

Y de repente, todo cambia

Siempre me había imaginado que el pasillo de Oncología sería oscuro, frío, vacío, silencioso y con fluorescentes haciendo chiribitas. Éste, no. Es un pasillo lleno de gente. Pero yo me siento igual de sola mientras lo cruzo. En mi cabeza resuena una palabra, con las letras que se mezclan entre ellas: ¡Cáncer! A mis 40 años, con dos hijos pequeños y a punto de empezar a trabajar en el bufete de mi padre. ¿Por qué a mi? Siento una mezcla de rabia, asco y miedo. Mucho miedo. ¿Qué será de mis hijos si me… todavía no me atrevo a decir la palabra.

Cristina Espinosa:

Al llegar a casa la vida transcurría como si nada ocurriera. Ni había explicado a nadie, ni siquiera a mi marido, que tenia esta visita al hospital. Había llegado el momento. Mi marido en casa y mis hijos en el col·legio. Era una oportunidad para abrir la caja.
– Cariño, tenemos que hablar.
– ¿Qué ocurre?
– Vengo del hospital. Estoy enferma. Me han dicho que tengo… cáncer.

Mi marido desvió la mirada y se quedó absorto. Hizo un gesto como de acercarse, però tuvo que sentarse en una silla. Estuvo titubeando antes de lograr decir la palabra maldita.

Este artículo tiene 1 comentario

  1. Al llegar a casa la vida transcorria como si nada ocurriera. Ni había explicado a nadie, ni siquiera a mi marido, que tenia esta visita al hospital. Había llegado el momento. Mi marido en casa y mis hijos en el col·legio. Era una oportunidad para abrir la caja.
    – Cariño, tenemos que hablar.
    – ¿Qué ocurre?
    – Vengo del hospital. Estoy enferma. Me han dicho que tengo… cáncer.

    Mi marido desvió la mirada y se quedó absorto. Hizo un gesto como de acercarse, però tuvo que sentarse en una silla. Estuvo titubeando antes de lograr decir la palabra maldita.

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