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Las situaciones de urgencia en psicooncología son aquellas en que se produce un empeoramiento repentino en el estado de ánimo de una persona. Esta puede ser un paciente con cáncer, un familiar suyo o un profesional que trabaja con personas con esta enfermedad. Las urgencias psicológicas, a diferencia de las médicas, tienen un margen de unas horas, porque no suelen comprometer la vida. Pero hay que atenderlas de manera preferente para aliviar el malestar y reducir los riesgos asociados. Este artículo habla de las situaciones de urgencia en psicooncología más habituales, y qué se puede hacer en el ámbito profesional.

Situaciones de urgencia en psicooncología - Psicología en Cáncer
Sabine van Erp – Pixabay

Las situaciones de urgencia en psicooncología en entornos variables

En psicología oncológica lo que llamamos paciente puede encontrarse en circunstancias muy variables, que hacen que cada persona necesite una atención particular y adaptada a su realidad:

  • Puede ser una persona con cáncer, un familiar, un amigo o un profesional de la oncología.
  • Podría estar viviendo en su casa, en casa de un cuidador, o puede estar hospitalizado.
  • Puede ser un niño, un adolescente, un joven, un adulto, o una persona mayor.
  • Es posible que tenga alguna psicopatología previa al cáncer (trastorno de ansiedad, del estado de ánimo, de la personalidad, etc).
  • El sufrimiento puede estar relacionado con la propia enfermedad, con el tratamiento o con la alteración de la vida diaria. También con cómo afecta al entorno familiar y social, o con la proximidad de la muerte.

En los próximos apartados hablaremos de las situaciones de urgencia en psicooncología más habituales, y de cómo resolverlas.

Empeoramiento súbito del estado de ánimo

El cáncer puede generar, en una persona que lo tiene o lo vive de cerca, sentimientos de rabia, tristeza, miedo, incertidumbre, etc. Una vez se ha adaptado a la situación de la enfermedad -lo que pasa la mayoría de veces- estos sentimientos no desaparecen, pero se aprende a convivir con ellos. La ayuda familiar y profesional también lo facilita. El objetivo no es que la persona sea feliz, sino que el malestar no limite excesivamente la calidad de vida.

Pero a veces un cambio en el pronóstico, una conversación con alguien, una mala noticia añadida o una cadena de pensamientos puede llevar a este empeoramiento repentino. En el caso de los profesionales puede ser un error grave o la frustración de ver cómo se habían puesto esperanzas que no se han cumplido.

El psicólogo acompaña a la persona afectada y la invita a expresar qué está viviendo y cómo lo está viviendo. También la ayuda a entender la relación entre el cambio que ha originado el malestar y el propio malestar. Aunque parezca fácil, a veces la preocupación dificulta llegar a algunas conclusiones. A partir de aquí se puede solucionar el problema, o posponerlo para uno momento más tranquilo, o bien limitar la preocupación que provoca.

Cambio brusco de una decisión tomada

El cambio brusco de una decisión tomada es una de las situaciones de urgencia en psicooncología
Luisella Planeta – Pixabay

La toma de decisiones es una de las demandas más importantes en oncología. Una persona puede tener que decidir si quiere congelar óvulos o espermatozoides para tener hijos más adelante, si quiere negarse a recibir algún tipo de tratamiento por motivos personales o religiosos, si quiere hacer un Documento de Voluntades Anticipadas o si se quiere responsabilizar de la toma de decisiones para una persona que no las puede tomar por sí misma.

Pero las decisiones cambian. El ejemplo más claro es observar cómo, en los últimos días de vida, una decisión tomada y considerada firme puede cambiar de un extremo al otro más de una vez en un solo día. Por otra parte hay una condición particular que se conoce con el nombre de negación. Consiste en que una persona no considera real lo que está viviendo. Lo valora como un error y no actúa de acuerdo con su situación.

En estos casos conviene asegurarse de que la persona entiende la realidad de la situación y que tiene toda la información necesaria para tomar la mejor decisión. También se puede intentar implicar a paciente, familia y profesionales, si todas las partes están de acuerdo. Pero siempre aceptando que el cambio de decisiones se considera normal.

Alteración de origen psiquiátrico

La enfermedad o el tratamiento pueden causar alteraciones como pérdida de memoria o de concentración, cambios hormonales o delirium. El delirium -o síndrome confusional- es una alteración grave de la conciencia, del lenguaje y del ritmo de sueño-vigilia. También puede haber alucinaciones. Suele durar unas horas o pocos días, pero hace que la persona necesite vigilancia permanente.

Lo que se hace es averiguar la causa que lo ha provocado e intentar revertirla. Será una tarea más de médicos que de psicólogos, porque la causa es la propia enfermedad o el tratamiento. El psicólogo puede ayudar a paliar sus efectos y tranquilizar el entorno familiar explicando que es una situación relativamente frecuente.

Si no hay alteración de la conciencia se puede negociar con la persona afectada como adaptar el entorno para mitigar el problema. Por ejemplo se la puede ayudar a utilizar post-it para las dificultades de memoria. También se puede acceder a algunas de sus demandas, lo que le ayudará a aumentar la sensación de control.

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Ideación o intento de suicidio

La ideación o intento de suicidio es una de las situaciones de urgencia en psicooncología menos frecuentes. Pero su intervención inmediata es fundamental para reducir el riesgo de que el suicidio se acabe consumando. Las causas más habituales de suicidio en cáncer son el miedo del deterioro progresivo y de depender de otras personas y el dolor que no remite con ningún tratamiento.

A una idea de suicidio hay que darle importancia, y averiguar el motivo. Las personas que se quieren suicidar SIEMPRE avisan -a pesar de la creencia social de que lo hacen sin previo aviso, y de que si avisan es que realmente no tienen intención de hacerlo-. A partir de aquí se puede buscar una solución para devolver la normalidad. Y apoyar tanto a la persona afectada como a su entorno. También se toman medidas para evitar nuevos riesgos.


Todas estas intervenciones forman parte del ámbito profesional de los psicólogos. Sin duda la familia y los amigos, como los profesionales sanitarios que no son psicólogos, pueden prestar un gran apoyo. Pero las intervenciones técnicas necesitan la titulación, la formación especializada y la experiencia en materia de psicooncología.

Si necesita ayuda psicológica de urgencia no dude en ponerse en contacto conmigo.

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