¿Cómo se puede prevenir el cáncer? Esta es una pregunta muy frecuente en personas preocupadas por su salud. Como en cualquier enfermedad, prevenir es más fácil y tiene más ventajas que curar. Pero la prevención del cáncer es relativa: Con un estilo de vida saludable y con algunas medidas destinadas a la comunidad se puede reducir el riesgo de tener cáncer, pero no eliminarlo del todo.
Por qué aumentan los casos de cáncer
Los diagnósticos de cáncer han ido en aumento estas últimas décadas, y eso es por tres razones:
- El crecimiento de la esperanza de vida: La mejora de las condiciones de vida y el control de las enfermedades infecciosas han hecho que ahora vivamos muchos más años. La esperanza de vida en el estado español, el año 1918, era de 40 años en varones y 41 años en mujeres; en 2018 es de 80 y 86 años, respectivamente (fuente: Instituto Nacional de Estadística). La probabilidad de tener cáncer aumenta con la edad: la mayoría de diagnosticados tienen más de 50 años.
- Cambios en el estilo de vida: El tabaquismo se ha traducido en un aumento en muchos tipos de cáncer, se consume más alcohol y somos más sedentarios.
- Mejoras en los programas de detección precoz: Estos programas, sobre todo para el cáncer de mama i el cáncer de colon, permiten detectar la enfermedad, en muchos casos, en estadios iniciales. No es que la enfermedad sea más frecuente, sino que se detecta en más ocasiones.
La realidad de la prevención del cáncer
La prevención del cáncer es un concepto estadístico. Se aplica a poblaciones y no a personas. Es decir: si la población fumadora deja de fumar, el riesgo de tener cáncer en esta población se reduce. Pero es un resultado difícil de cuantificar en individuos. Pasa algo parecido con el riesgo de tener cáncer de piel segun si se utiliza protector solar o no. En el conjunto de personas que lo usan, el riesgo es más bajo que en el conjunto de personas que no lo usan. Pero es difícil cuantificarlo en personas a nivel individual. Por eso cuando insistimos en el uso del protector solar lo que estamos diciendo es: Entra en el grupo de personas que lo utilizan porque el riesgo de tener melanoma es más bajo.
Por lo tanto estas medidas, efectivamente, ayudan a prevenir el cáncer disminuyendo su riesgo. Pero es un riesgo que nunca se puede eliminar del todo. Si os fijáis en los comentarios que dejan los lectores en el artículo Cancerofobia vereis que muchos quieren comprometerse a seguir un estilo de vida les garantice un protección total ante el cáncer. Pero conviene aprender a convivir con la incertidumbre de que un riesgo, por bajo que sea, siempre está. El estilo de vida anti-cáncer perfecto no existe. Y si existiera, sería muy poco práctico.
Pensemos en un estilo de vida llevado al extremo. La dieta «perfecta», la actividad física «perfecta», los horarios «perfectos»… El esfuerzo para mantener ese estilo de vida sería excesivo y no compensaría los beneficios. Porque, como hemos dicho, el riesgo no se puede eliminar del todo. Hay factores que no controlamos, como el azar o las radiaciones ionizantes del sol que crzan la atmósfera. Por eso estas medidas para prevenir el cáncer son muy recomendables pero no deberían impedir llevar una vida lo más normal posible.
Medidas para prevenir el cáncer
Es importante distinguir entre el estilo de vida (que solo es uno) y los hábitos de vida (que son varios y que, cuando se juntan, conforman el estilo de vida). Prevenir el cáncer está muy relacionado: tenemos información abundante y consistente que demuestra que un estilo de vida saludable reduce el riesgo de tener muchos tipos de cáncer.
Los hábitos más importantes y que podemos controlar son estos:
- NO FUMAR: El primer estudio que relacionaba el tabaco con el cáncer apareció en 1950 de la mano de Doll y Hill. Y todos los estudios posteriores han confirmado esta relación. El tabaco es el principal factor de riesgo para el cáncer; explica entre el 30% y el 60% de todos los casos de esta enfermedad. Eso significa que si no hubiera tabaquismo, evitaríamos casi la mitad de cánceres en todo el mundo. De todos los factores de riesgo de cáncer, el tabaco es el que tiene más evidencia a favor.
- BEBER ALCOHOL CON MODERACIÓN: El alcohol, en poca cantidad, podría tener efectos beneficiosos. La excepción es cuando está contraindicado por una enfermedad hepática o renal, consumo de ansiolíticos o dependencia de la sustancia. En exceso se relaciona con los cánceres de cabeza y cuello, mama e hígado. El alcohol en poca cantidad no parece que aumente el riesgo de tener cáncer. Estudios recientes relacionan la cantidad mínima de alcohol con el cáncer, pero conviene que se publiquen más para confirmar esta relación.
- MANTENER UNA DIETA EQUILIBRADA: Con pocas grasas animales y, al menos, 4 o 5 piezas de fruta o verdura al día. Si podemos añadir más fuentes de fibra, mejor (cereales, etc). Controlar también el consumo de sal. Los malos hábitos dietéticos se relacionan, sobre todo, con los cánceres del tubo digestivo (estómago, colon, hígado, etc).
- PRACTICAR EJERCICIO FÍSIC: El sedentarismo contribuye al cáncer, sobre todo cuando se combina con una dieta poco equilibrada. Es importante realizar actividades que impliquen movimiento, cada día o casi cada día. Estas actividades no deben ser necesariamente intensas.
- PROTEGERSE DEL SOL: Vivimos un fuerte aumento del cáncer de piel (melanoma), por exponernos al sol sin protección y en horas de máxima insolación. Además la piel tiene “memoria” y si hemos sufrido quemaduras solares en la adolescencia podemos desarrollar un cáncer en la edad adulta. Es importante comprobar el factor de protección del producto que utilizamos y evitar el sol en las horas de mayor insolación. Las cabinas de rayos UVA no se aconsejan bajo ningún concepto.
- MANEJAR EL ESTRÉS: El estrés intenso y continuado perjudica el funcionamiento del sistema inmunitario. Eso hace que, cuando aparece una célula anómala, el organismo no pueda ejercer la función de detectarla y eliminarla. Es importante adecuar la actividad a nuestras posibilidades reales. Encontrar momentos de distracción en el día a día también ayuda.
- REDUCIR LA EXPOSICIÓN A LA CONTAMINACIÓN: Viviebdo en una ciudad es relativamente fácil estar expuesto a la contaminación. Su relación con el cáncer ya se ha demostrado. Una manera de evitar la contaminación es ir, de vez en cuando, a sitios con un aire más limpio. Aunque solo sea por unas horas.
- UTILIZAR PRESERVATIVO: Permite prevenir el cáncer de cuello de útero o el cáncer de cabeza y cuello impidiendo la transmisión del papilomavirus humano (PVH). El hecho de que exista una vacuna (muy recomendable) no justifica que se deje de usar preservativo.
Por otro lado, actualmente no hay pruebas concluyentes que relacionen el cáncer con las ondas electromagnéticas de los teléfonos móviles, las antenas o los microondas. Tampoco se ha probado que aumente el riesgo de tener cáncer el hecho de haber tenido una depresión o haberse enfrentado a una mala noticia, a pesar de las teorías que apuntan a esa posibilidad.
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