Al lado de los tratamientos clásicos contra el cáncer (cirugía, quimioterapia y radioterapia) la inmunoterapia o terapia biológica toma cada vez más fuerza como estrategia terapéutica innovadora. La inmunoterapia estimula el sistema inmunitario a luchar contra el cáncer. Explicamos cómo funciona este tratamiento y sus ventajas e inconvenientes.
El sistema inmunitario
El sistema inmunitario es un conjunto de estructuras de nuestro cuerpo que se encarga de combatir enfermedades e infecciones. Forman parte de él la sangre, y los órganos linfáticos: la médula ósea, el timo, el bazo y las amígdalas. Aparte de estos órganos, el sistema linfático tiene una serie de conductos que ayudan a filtrar la sangre a través de los nódulos linfáticos.
El sistema inmunitario está formado por 2 líneas que actúan secuencialmente (una después de la otra):
- Sistema inmunitario innato: Formado por barreras físicas como la piel o las mucosas (por ejemplo, la mucosa nasal) que frenan la entrada de virus y bacterias. Es la línea más simple. Si los agentes externos superan la primera barrera, intervienen algunas células de la sangre, como los neutrófilos. Este es un sistema poco específico: detecta un agente como extraño, pero no sabe qué agente es. Esta respuesta se produce de manera inmediata.
- Sistema inmunitario adaptativo: Si los virus o bacterias superan el sistema inmunitario innato, se activa el adaptativo. Este es muy específico: Crea un anticuerpo para ese virus o bacteria en particular (por ejemplo, un anticuerpo de la varicela específico para el virus de la varicela). Esta respuesta es más lenta.
Las células más importantes del sistema inmunitario son los leucocitos o glóbulos blancos. Los leucocitos viajan por los vasos y nódulos linfáticos y también por la sangre. Se dividen en dos tipos:
- Fagocitos: Destruyen los organismos invasores devorándolos. Los neutrófilos, por ejemplo, se comen las bacterias: cuando en una analítica se observa que hay más neutrófilos de lo normal, significa que hay una infección bacteriana y que el cuerpo ya ha reaccionado.
- Linfocitos: Se forman en la médula ósea y pueden madurar allí (linfocitos B) o bien ir a madurar al timo (linfocitos T). La diferencias entre unos y otros es su función: Los linfocitos B detectan los agentes invasores y ordenan a los linfocitos T que se adapten y los ataquen. Los linfocitos B son como la inteligencia militar, mientras que los linfocitos T son los soldados. «Adaptarse» quiere decir que los linfocitos B han estudiado qué «cerradura» tienen estos agentes invasores y han ordenado a los linfocitos T que fabriquen las «llaves» para esta cerradura, para abrirla y destruir los cuerpos extraños. Además se guarda un recuerdo de este invasor, en forma de memoria inmunitaria. El cuerpo recuerda este virus en particular y, si más adelante vuelve a entrar, lo reconoce y lo ataca de manera más rápida y más agresiva. Este es el principio por el que funcionan las vacunas: Introducir al cuerpo un virus (debilitado, para que no pueda causar la enfermedad) hace que el sistema inmunitario reaccione y fabrique anticuerpos. Aparte de esto hay un tipo de linfocitos T llamados natural killer (asesinos naturales) que detectan como extrañas las células tumorales y las destruyen.
Tipos de inmunoterapia
Anticuerpos monoclonales
Los anticuerpos monoclonales son proteínas diseñadas en un laboratorio que, cuando entran en el cuerpo, se unen a las células tumorales. Una célula tiene muchos receptores en su superficie, como si fueran cerraduras. Cada anticuerpo monoclonal está diseñado para unirse a uno solo de estos receptores (es decir, tiene una llave y debe encontrar en qué cerradura entra). Todos los anticuerpos monoclonales terminan en -mab, que son las siglas en inglés de Monoclonal Anti Body (anticuerpo monoclonal). Cada uno de estos productos tiene una función diferente:
- Actuar contra los factores de crecimiento (cetuximab): Se une al receptor del factor de crecimiento de la célula tumoral y lo bloquea (como si se tapara la cerradura con silicona). Por lo tanto el tumor no puede recibir el estímulo que necesita para crecer, y se detiene. Se utiliza en cáncer de colon y en tumores de cabeza y cuello.
- Actuar contra la generación de vasos sanguíneos (bevacizumab): El tumor tiende a crear sus propios vasos sanguíneos para «secuestrar» recursos del cuerpo y utilizarlos para crecer. Bloquear esta función impide este crecimiento. Se utiliza en cáncer de colon, cáncer de mama o cáncer de pulmón metastásicos, entre otros.
- Provocar la muerte de las células tumorales (alemtuzumab): Cuando se une a un receptor específico de los linfocitos, provoca su muerte. Se aplica en enfermedades oncológicas en las que el problema es un exceso de linfocitos defectuosos, como en la leucemia linfocítica crónica. Otros como el gemtuzumab provocan el suicidio de la célula cancerosa, como en la leucemia mieloide aguda.
- Intervienen contra proteínas que se encuentran en exceso: En algunos cánceres de mama, el gen que fabrica la proteína HER2 está sobreexpresado: Esto significa que se produce más proteína de la necesaria. Algunos medicamentos como el trastuzumab detectan estas células e impiden que se reproduzcan.
Inhibidores de la proteinkinasa
Los inhibidores de la proteinkinasa interfieren en los procesos que necesita la célula tumoral para funcionar. Sus nombres terminan en -nib: imatinib (utilizado en leucemia mieloide crónica), erlotinib (para el cáncer de páncreas avanzado), sorafenib (para el cáncer de hígado o de riñón).
Transferencia adoptiva celular
La transferencia adoptiva celular consiste en obtener linfocitos T del propio paciente, encargados de luchar contra el tumor, y seleccionar los más activos o modificarlos genéticamente para que sean más eficaces en su tarea. Luego se hacen multiplicar en el laboratorio y se vuelven a inyectar al paciente. Este tratamiento todavía está en estudio para determinar en qué casos puede aplicarse.
Virus oncolíticos
También se pueden utilizar virus contra el cáncer, modificados genéticamente. Normalmente los virus se asocian a las enfermedades, por eso cuesta verlos como parte de un tratamiento. Podemos imaginar que el virus es como un coche que, normalmente, lleva un conductor con intención de hacer daño. Pero si sustituimos este conductor por otro con buenas intenciones, podremos utilizar el virus como elemento terapéutico.
En esta terapia se inyecta el virus (modificado) directamente al tumor. El virus se reproduce dentro de la célula tumoral y hace que ésta explote. En explotar libera unas sustancias llamadas antígenos que atraen la atención del sistema inmunitario. Entonces el sistema inmunitario ataca las células tumorales que contienen estos antígenos.
Ventajas de la inmunoterapia
La principal ventaja de la inmunoterapia es su especificidad. A diferencia de la quimioterapia, que afecta a todas las células del cuerpo (pero con más intensidad a las del cáncer), o de la radioterapia, que actúa a nivel local, la inmunoterapia va a buscar partes específicas de las células. Por eso es una técnica de medicina personalizada. Su evolución permitirá, en el futuro, diseñar un tratamiento único para cada persona.
Otra ventaja es la posibilidad de aprovecharse de la memoria inmunológica: El cuerpo recordará qué anticuerpos produjo para actuar contra el tumor y, en caso de que el cáncer reaparezca unos años después de curarse, el propio cuerpo del atacará. Por lo tanto las personas vivirán más años -de media- aunque se produzca una recaída en el cáncer.
Inconvenientes de la inmunoterapia
La inmunoterapia es una terapia innovadora. De momento, sólo está disponible para algunas personas con algunos tipos de cáncer muy particulares. No se utiliza de manera general, como la quimioterapia o la radioterapia. Los ensayos clínicos son la clave para su avance en el tratamiento del cáncer. Por otro lado no es eficaz en el 100% de personas. Ningun tratamiento contra el cáncer lo es.
Otro inconveniente es que tarda unos días en hacer efecto. El organismo necesita un tiempo para fabricar anticuerpos (como ocurre con cualquier otra enfermedad infecciosa).
Efectos adversos de la inmunoterapia
El efecto adverso más común de la inmunoterapia es la llamada autoinmunidad. Al aumentar la capacidad de trabajo del sistema inmune, puede hacer que identifique algunos órganos propios como extraños y los ataque. En la mayoría de persones estos efectos son poco importantes. Suelen ser en forma de picor, diarrea, inflamación del hígado y alteraciones hormonales. También puede provocar síntomas parecidos a los de la gripe: fiebre, debilidad, escalofríos, dolor muscular o dolor de cabeza.
Otros efectos secundarios son menos frecuentes, y dependen del tipo de inmunoterapia que se siga. En ocasiones pueden tener consecuencias muy graves. Algunos productos de inmunoterapia están en ensayo clínico -lo cual no significa que no se puedan utilizar-. Pero sí que conviene seguir sus efectos terapéuticos y adversos de manera exhaustiva y durante mucho tiempo.
Es muy importante mantener una buena comunicación con el médico, y tener toda la información disponible sobre el tratamiento, sus objetivos y las posibles complicaciones. El consentimiento informado es el documento que firma el paciente y que contiene toda esta información. Incluye la posibilidad de hacer todas las preguntas que tenga, ya que estar bien informado es la mejor manera de tomar las decisiones.
¿Te ha gustado este artículo? Si quieres, deja tu pregunta o comentario. Y si crees que puede ser útil para alguien que conoces, compártelo!
Hola,tengo cancer riñon hizquerdo,comprometido cola del higado ,y parte del pancrea,me gustaría,sber cual es el costo,de ante mano gracias
Buenos días Monica, muchas gracias por su pregunta. Si se refiere al costo económico del tratamiento es difícil de decir, porque depende de cada país y de cada centro médico. Además un mismo tratamiento puede tener característiques distintas entre varias personas debido a situaciones personales: edad, otras enfermedades, etc. Le sugiero que acuda a su centro médico para que la informen de sus opciones. Muchas gracias!