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El informe de la OMS sobre la relación entre la carne roja y el cáncer colo-rectal ha provocado confusión y alarma social. La Organización Mundial de la Salud sólo ha explicado una parte de la información, y los medios de comunicación han seleccionado una parte de ésta. Pero explicando como se ha llegado a la conclusión que ha provocado tanto revuelo veremos que no hay motivos para alarmarse. Vamos por partes.

El informe de la OMS sobre carne roja y cáncer - Psicología en Cáncer

Redefiniendo la relación entre carne roja y cáncer

La recomendación que se hace hoy de moderar el consumo de carne es la misma que se hacía unos meses y unos años atrás. Lo más saludable es comer carne roja un máximo de 2 veces a la semana, de manera que se pueda combinar con otros alimentos que también son necesarios para la salud: pescado, fruta, verdura, legumbres, lácticos, … Y practicar ejercicio físico, no fumar, y no consumir alcohol, o hacerlo con moderación.

Entonces, ¿qué ha cambiado? Lo que ha cambiado es la seguridad con la que podemos afirmar que hay una relación entre la cantidad de carne roja consumida y el aumento del riesgo de tener un cáncer colo-rectal. Pero esto NO significa que la carne sea más peligrosa hoy de lo que lo era hace unos años, ni que tengamos que eliminar estos productos de nuestra dieta.

La relación entre los elementos de nuetro entorno y el cáncer tiene varios grados. Hay algunos elementos sobre los que no hay ninguna sospecha de se puedan relacionar con el cáncer (por ejemplo, el plátano). Con otros, sí hay una sospecha pero ninguna prueba que evidencie su relación con el cáncer (por ejemplo, el microondas). Respecto de otros, hay una posible relación, pero la evidencia todavía no es lo bastante fuerte (como el estrés de larga duración). Y con otros hay una relació bien establecida (como el tabaco). Aún así, debemos tener en cuenta que estamos hablando de ciencia, y que esta siempre está abierta a la revisión y nunca puede dar nada por absolutamente seguro.

¿Cómo debe interpretarse el informe de la OMS?

La IARC (siglas an inglés de la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer) clasifica todo lo que hay en nuestro entorno en una escala, según la fuerza con la que se ha demostrado que hay una relación entre los elementos y el cáncer. La escala se organiza en Grupos y se revisa frecuentemente para actualizar la información. El último cambio que ha habido, y es el que hemos visto en las noticias esta semana, es éste:

  • La carne roja pasa a formar parte del Grupo 2A («probablemente carcinogénica para los humanos»). Hay evidencia limitada procedente de estudios epidemiológicos que muestra una relación positiva entre comer carne roja y desarrollar cáncer colo-rectal. «Evidencia limitada» significa que la relación se ha encontrado, pero no se han podido descartar sesgos o variables que pudieran alterar los resultados.
  • La carne procesada pasa a formar parte del Grup 1 («carcinogénica para los humanos»). Existe evidencia suficiente y convincente de que la carne procesada provoca cáncer. El tabaco y el amianto también forman parte del Grupo 1, pero esto no quiere decir que la carne procesada sea tan peligrosa como estos elementos. Pertenecer a un mismo Grupo sólo significa que los estudios epidemiológicos son igual de convincentes.

A estas conclusiones se ha llegado a partir de una revisión de más de 800 estudios científicos que investigaban la relación entre el consumo de carne y el cáncer colo-rectal. Y es por el elevado número de estudios analizados que las conclusiones obtenidas merecen confianza.

Qué dice la OMS sobre la carne roja y procesada y el cáncer
Robert Owen-Wahl – Pixabay

Esto son resultados de investigaciones científicas pero, a partir de aquí, pueden aparecer algunas preguntas más relacionadas con la vida diaria de las personas:

¿Qué es «carne roja» y qué es «carne procesada»?

  1. ¿Qué carnes se consideran «carne roja»? Las que provienen de mamíferos: por ejemplo el buey, la ternera, el cerdo, el cordero, el caballo o la cabra.
  2. ¿Qué carnes se consideran «procesadas»? Las que se han transformado para mejorar su sabor o su conservación: saladas, curadas, fermentadas, ahumadas, enlatadas, etc. Es el caso de los embutidos, las salsichas de frankfurt y el bacon.
  3. ¿Cómo podemos cocinar la carne para que perjudique menos la salud? La carne que se cocina en contacto directo con el fuego (por ejemplo, en una barbacoa) emite más sustancias cancerígenas, como por ejemplo, los hidrocarburos aromáticos policíclicos. Pero la IARC admite no tener suficiente evidencia sobre la relación entre este factor y el cáncer de manera específica.
  4. ¿A partir de qué cantidad aumenta el riesgo de tener cáncer? Por cada 50 gramos de carne procesada consumidos diariamente, el riesgo de cáncer de colon aumenta en un 18%. Y por cada 100 gramos de carne roja consumidos diariamente, el riesgo de cáncer de colon aumenta en un 17% (pero este último dato debe tomarse con más cautela: recordemos que pertenece al Grupo 2A: nivel de evidencia limitado).
  5. ¿Es más seguro abandonar la carne? Sí, pero no es necesario. La carne contiene proteínas animales, que son necesarias para el buen funcionamiento del organismo. Por tanto necesitamos comer carne. La recomendación es de hacer un consumo moderado en el marco de una dieta equilibrada.

Conclusión: No se trata de dejar de comer carne, sino de limitar su consumo a 2 o 3 veces a la semana para permitir que la dieta incluya otros tipos de alimentos igualmente necesarios. Además las barbacoas son una oportunidad para las reuniones familiares y con amigos, y tampoco vamos a dejar que esto se pierda.


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