Frases de pacientes con cáncer

El lenguaje es el reflejo del pensamiento. Como no se puede adivinar qué piensa una persona (por muy psicólogo que seas), la mejor manera de saberlo es escuchar como habla: qué dice, cómo lo dice, cuando lo dice, qué es lo que no dice, etc. Este artículo recoge algunas frases de pacientes con cáncer, todas ellas, reales, que han dicho a mi consulta.

Frases de pacientes con cáncer antes del tratamiento

«No me hacía las autoexploraciones por miedo». El miedo es el principal motivo por el que no se sigue la recomendación de participar en los programas de detección precoz de algunos tipos de cáncer (en este caso, cáncer de mama). Es importante tratar este miedo con cada persona y con la calma que se merece, porque no lo haremos desaparecer por arte de magia.

«Mi vida se ha acabado». Era un hombre de 50 años, de origen extranjero, y que trabajaba de cocinero. Tenía hepatitis y cáncer de hígado (marcado por un importante estigma, porque se asocia a alcohol, drogas y promiscuidad) y pensaba que perdería el trabajo y tendría que abandonar el país. Este hecho también dificultaba que explicara cosas de su entorno social (familia, amigos), necesarias para la terapia.

«Prefiero que no usemos la palabra cáncer». En general es importante llamar a las cosas por su nombre, para evitar ponernos «tabúes» a nosotros mismos. Pero frases de pacientes con cáncer como ésta demuestran que cada persona necesita su tiempo para coger fuerzas para pronunciar una palabra que puede dar tanto miedo. Ambas posturas son correctas, y por eso siempre intento adaptarme.

Frases dichas por los pacientes durante el tratamiento

«Le reprocho a mi marido que no entienda cómo me siento. Es algo que debo cambiar». Cuando una persona tiene cáncer, su familia también lo pasa mal. Y no todo el mundo sabe cómo ayudar. El paciente tiene el reto de «situar los miembros de la familia» para que cada uno pueda prestar la mejor ayuda en cada momento. Y que el paciente y la familia entiendan las dificultades que están pasando unos y otros.

«Uso la alopecia para asustar a los vendedores puerta a puerta. Les abro con la cabeza pelada y les digo que me pillan vomitando, y que estoy fatal. Se van corriendo». Esta frase la pronunció una paciente con cáncer de mama en una terapia en grupo. Demostró que el grupo generaba suficiente confianza para hacer expresiones de humor.

«Cuando me cure del cáncer me voy a divorciar. Me he dado cuenta de que llevo 30 años sirviendo a mi marido, y creo que ser mujer es otra cosa». Una de las consecuencias de tener cáncer es el replanteamiento de las prioridades. Se valora la vida pasada y presente y, a veces, se evalúa si se quiere continuar igual o se quieren hacer cambios.

Frases de pacientes con cáncer después del tratamiento

«Tanto miedo que me daba ir al hospital por la quimio, y ahora tengo miedo de estar sola en casa». Aunque parezca extraño para quien no ha tenido cáncer, es habitual que el miedo aumente acabado el tratamiento. Abandonamos un entorno médico que nos daba confianza y nos hacía pensar que cualquier problema se trataría rápidamente. Y una vez en casa pensamos que debemos recuperar nuestra vida sin los médicos. Puede aparecer el llamado «Síndrome de la espada de Damocles«: el miedo ante cualquier pequeña señal de que el cáncer haya vuelto.

«He cambiado. Soy y estoy diferente. Reacciono más, y tengo más mala leche. Qusiera ser el que era un año atrás». Nuestra identidad se forma desde que somos pequeños, nos acostumbramos y la consideramos normal. Por ello podemos oír frases de pacientes con cáncer como esta: la persona se ve diferente a sí misma, no se reconoce y se asusta. Algunos de estos cambios permanecerán, y habrá que acostumbrarse.

«Que bién poder hablar de todo sin tapujos». Las principales fuentes de apoyo social para las personas con cáncer son la familia y los amigos. Pero hay quien no se siente cómodo hablando de según qué, porque implica referirse a amigos comunes, o personas a las que no queremos criticar por miedo a las represalias. Una de las ventajas de acudir a un profesional de la Psicooncología es, precisamente, poder hablar de todo confidencialmente y sin que nos juzguen.

¿Qué dicen las personas con cáncer al final de la vida?

«Cuando me muera quiero que de mi cuerpo hagan supositorios. Así, incluso muerto, podré seguir dando por el culo». Esta frase me la dijo un paciente con cáncer de colon pocos días antes de morir. Yo estaba empezando las prácticas en el hospital. Hablábamos de las opciones que hay después de la muerte (donación de órganos, donación del cuerpo para la ciencia, entierro, incineración, etc). Aunque inicialmente pensé lo contrario, él era plenamente consciente de su estado y, con esta frase, demostraba estar más tranquilo que yo.

«Yo sólo pedía a Dios que me dejara ver a nieta casándose. Y Dios lo hizo. Estaba preciosa». Las personas que mueren dando un sentido a su vida -y a su muerte- y, además, lo hacen con gratitud, mueren más tranquilas. Esto no quiere decir que irse les sea fácil, sino que lo hacen con más calma.

«No me dirá que deje de fumar, ¿verdad, doctor?». Una mujer con cáncer de hígado y a quien los médicos habían pronosticado 2 meses de vida, me hizo esta pregunta después de decirme que fumaba. Es la única vez en que no he aconsejado a una persona dejar de fumar.

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