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Una preocupación habitual en las personas con cáncer son los posibles efectos de la quimioterapia a largo plazo (años después del tratamiento). Estos efectos no se producen siempre, y dependen del tipo de tratamiento que se ha seguido. Los más frecuentes son la toxicidad cardíaca o neurológica y los déficits de las funciones cognitivas. Este artículo explica cómo mantener la calidad de vida con los efectos de la quimioterapia a largo plazo.

Efectos de la quimioterapia a largo plazo - Psicología en Cáncer
Arek Socha – Pixabay

El origen de los efectos de la quimioterapia a largo plazo

La quimioterapia es un tratamiento sistémico. Llega a todas las células del cuerpo: a las de cáncer (que es lo que queremos), pero también a las sanas. Por eso se producen efectos secundarios. La quimioterapia destruye las células tumorales e impide que se reproduzcan. Como actúa con mayor intensidad sobre las células que se dividen más deprisa (el cabello, el sistema digestivo y la sangre) es donde estos efectos adversos tienen lugar.

La mayoría de los efectos desaparecen poco después de terminar el tratamiento: vuelve a crecer el pelo, se acaban los vómitos y la fatiga, etc. Pero algunos pueden aparecer años después del tratamiento: son los efectos de la quimioterapia a largo plazo. No lo hacen siempre, ni con la misma intensidad, pero pueden alterar la calidad de vida. Son efectos conocidos (se sabe previamente qué complicación puede producir cada medicamento a largo plazo). Y la mayoría tienen tratamiento.

Como son conocidos, su descripción aparece en el consentimiento informado, el documento que firma el paciente antes de empezar el tratamiento. Este documento explica en qué consiste la estrategia terapéutica, qué objetivos tiene, sus riesgos, y los posibles efectos adversos. El paciente puede hacer las preguntas que quiera al médico, incluyendo la posibilidad de consecuencias a largo plazo. El médico es quien tiene siempre la información más útil y fiable en relación a los efectos secundarios.

En general los efectos tardíos son más probables si el paciente es joven en el momento de recibir la quimioterapia. También dependen del estado general de la persona, de la repercusión que tiene el tumor sobre el cuerpo y de la dosis total de quimioterapia recibida.

Alteraciones cardiovasculares

Los problemas cardiovasculares más destacados son:

  • Debilitamiento del músculo cardíaco: Puede provocar dificultad respiratoria, mareos, fatiga, tos o hinchazón en las manos y los pies.
  • Arritmia (alteración del ritmo del latido del corazón): Se pueden presentar mareos, dificultad para respirar y dolor torácico.
Uno de los efectos de la quimioterapia a largo plazo es el debilitamiento del músculo cardíaco
Aniamineeva – Pixabay

Los fármacos que tienen mayor riesgo de provocar problemas cardiovasculares son el trastuzumab (inmunoterapia, utilizado en cáncer de mama y cáncer de estómago metastásicos), la doxorubicina (para varios tipos de cáncer com sarcomas, linfomas o tumores ginecológicos) y la ciclofosfamida (utilizada en cánceres de la sangre y linfáticos, de mama o de ovario, entre otros).

El riesgo es mayor si las dosis de quimioterapia recibidas fueron más altas. Sobre todo en mayores de 65 años y en personas tratadas por un linfoma de Hodgkin durante la infancia. Por eso se hacen controles de función cardíaca a lo largo de toda la vida.

Problemas pulmonares

Tiempo después del tratamiento con quimioterapia los pulmones se pueden inflar y dificultar la respiración. Por lo tanto hay que adaptar la actividad diaria a una reducción de la capacidad pulmonar, y hacer ejercicio físico que ayude a respirar de manera más eficiente: aprovechar más el oxígeno que se coge.

La bleomicina (utilizada para cánceres de cabeza y cuello, genitales o linfomas) o la carmustina (para algunos tipos de tumor cerebral) los pueden producir. También el metotrexato (utilizado en muchos tipos de cáncer, como leucemias, cáncer de vejiga, de mama u osteosarcomas), la prednisona y la dexametasona (leucemia, linfoma y mieloma).

Problemas neurológicos

El cisplatino (medicamento utilizado para enfermedades oncológicas avanzadas de testículo, ovario, vejiga o pulmón) puede provocar sordera a largo plazo, debido al daño que causa al nervio auditivo. Si la sordera no es total, las prótesis auditivas ayudan a recuperar la audición.

También el cisplatino y otros de su familia (como el oxaliplatino, utilizado en cáncer de colon, o el carboplatino, para cáncer de ovario o cáncer de pulmón), el docetaxel (para cáncer de mama o cáncer de pulmón) y el paclitaxel (cáncer de ovario y cáncer de mama), o bien la vincristina (leucemias, linfomas y mieloma) pueden provocar neuropatía periférica.

La neuropatía periférica es uno de los efectos de la quimioterapia a largo plazo más destacados. Puede provocar hormigueo en las manos, dolor o debilidad muscular. También complica el uso de las manos para escribir, dificulta caminar o puede provocar mareos. Todo depende de qué nervios estén afectados. La neuropatía periférica no se cura, pero se pueden reducir los síntomas como el dolor. El médico le puede recetar medicamentos y recomendarle una dieta rica en vitamina B. Aparte, el ejercicio físico también ayuda a tonificar los músculos y reducir el dolor.

En casa es importante que no haya objetos que entorpezcan el paso, tener una buena iluminación, y seguir los consejos del médico para facilitar la vida diaria. También se aconseja tener los objetos de uso habitual al alcance, sin tener que hacer grandes esfuerzos para cogerlos (por ejemplo, que no estén colocados cerca del suelo o demasiado arriba).

Alteraciones cognitivas

Pexels – Pixabay

Las funciones cognitivas incluyen el pensamiento, la concentración y la memoria. Algunas personas dicen tener problemas para mantener la concentración, u olvidan nombres de personas o fechas. También manifiestan algunas dificultades con el lenguaje, como no encontrar la palabra que quieren decir. Son efectos de la quimioterapia a largo plazo más frecuentes en personas con tumor cerebral, sobre todo si, además de la quimio, ha habido tratamiento con radioterapia.

Algunos productos ayudan a mejorar estas funciones, como el café o el té. También hay medicamentos, que el médico valorará si es necesario recetar. Aparte de esto es importante aprender a hacer sólo una cosa cada vez (evitar la multitarea) y apartar lo que nos pueda distraer, como teléfonos, luces o alarmas. Utilizar recordatorios o post-its es útil para compensar los olvidos. También se puede entrenar el cerebro leyendo, hablando o haciendo crucigramas. Aunque puedan parecer cosas poco importantes, las mejoras que producen son notables.

Segundas neoplasias

Paradójicamente la quimioterapia puede dar lugar a la aparición de un nuevo tumor, en la misma persona, años después del tratamiento. Esto es porque las células sanas dañadas por la quimioterapia se pueden reproducir con mutaciones cancerosas.

Cuando esto ocurre los tipos de cáncer más frecuentes son, inicialmente, las leucemias (que afectan a la sangre). Al cabo de unos 10 años el riesgo de leucemias empieza a bajar, pero aumenta de tumores sólidos. Por eso se hacen controles periódicamente muchos años después de curar el primer cáncer: detectar el tumor a tiempo ayuda a intervenir.

Otras posibles complicaciones

Toxicidad renal

Los riñones y la vejiga también pueden verse perjudicados por los efectos de la quimioterapia a largo plazo. Sobre todo habiendo recibido tratamiento con cisplatino o carboplatino. El paciente puede ver disminuida la cantidad de orina, o tener edemas (retención de líquidos en las extremidades).

Alteraciones hormonales

Puede surgir en mujeres que se han tratado de un cáncer de ovario con medicamentos como el melfalán, el cisplatino o el etopósido, entre otros. Los efectos se parecen a los de la menopausia: pérdida de la menstruación, sofocos, sequedad vaginal y disminución de la líbido. También se pueden producir acné, dispareunia (dolor durante el coito) e infertilidad.

A pesar del riesgo de efectos de la quimioterapia a largo plazo, el tratamiento se continúa aplicando porque el beneficio para la salud compensa sobradamente los daños posteriores.

En este enlace encontrarás información muy completa sobre los efectos de la quimioterapia a largo plazo.

Este artículo tiene 7 comentarios

  1. Buenos días, el año pasado me operaron de cáncer de ovario ,2 veces .En la primera me han extirpado el tumor y un ovario y segunda el resto,útero, otro ovario etc..la tercera vez me tuvieron que operar por dejarse la gasa dentro.Despues me dieron quiomio ,la acabe en noviembre 2022.Desde entonces sufro dolor articular constantemente el oncologo dice que es raro y reumatologo no me ha hecho ningún caso,no se ya lo que tengo que hacer.Mi calidad de vida ha disminuido muchísimo y nadie me hace caso

    1. Hola Aneta, gracias por su comentario. El dolor articular puede deberse a muchas causas pero, sea cual sea la causa, usted se merece la atención y el tratamiento necesario para resolverlo. Si el reumatólogo no le hace caso, quizás pueda consultar a otro reumatólogo. También puede empezar con el médico de cabecera/generalista (depende del país tiene una denominación u otra) para buscar una solución. Espero que pueda solucionarlo pronto para dejar de sentir este dolor.

  2. Yo tuve linfoma no Hodgkin 2 veces. Trasplante de médula y mucha quimio y rayos. Tengo dolor crónico y menopausia. Ya hace un tiempo largo del último tratamiento pero empecé a tener algunos problemas con la memoria. También tomo antidepresivos.

    1. Hola Mari, gracias por su comentario. Veo que los tratamientos que ha hecho han sido duros. Existe la posibilidad de evaluar sus problemas de memoria para poder concretarlos y buscar formas de compensarlos. La quimioterapia puede provocar estos efectos a largo plazo, pero aún así se pueden buscar soluciones par que afecten lo menos posible a la calidad de vida.

  3. buenas tardes, cierto a mí después de 7 quimios para linfoma no Hodking me ha quedado la neuropatía periférica, los olvidos, cansancio, y en ocasiones inestabilidad al caminar y cuadros diarreicos.

    1. Hola Yolanda, gracias por su comentario. Es importante mantener la calidad de vida, y cuando se deteriora por efecto de un tratamiento, de puede intentar recuperar. Adaptarse a ello es útil, pero no siempre es suficiente. Quizás en alguna asociación de pacientes puedan ayudarla con varios servicios. Además, si necesita algun apoyo especializado por mi parte puede escribirme a info@psicologiaencancer.com.

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