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El cáncer de mama es, ahora mismo, el que recibe más atención de los medios de comunicación y más interés de la sociedad. Las campañas de sensibilización giran en torno a la detección precoz y al optimismo de cara al tratamiento. El lazo rosa es el símbolo. Pero ¿es posible que sólo estemos viendo la parte amable del cáncer de mama? El artículo de hoy habla de las dos caras del lazo rosa.

Las dos caras del lazo rosa - Psicología en Cáncer
Marijana – Pixabay

Los beneficios del optimismo

El lazo rosa es el símbolo universal de la sensibilización y la lucha en el cáncer de mama. A medida que se acerca el Día Mundial del Cáncer de Mama, que se celebra el 19 de Octubre, vemos cada vez más este lazo rosa. Con motivo de esta jornada se hacen actividades en muchos sitios: carreras, talleres, charlas, lanzamiento de globos, conciertos, etc. El Día Mundial da a conocer la enfermedad y la importancia de su detección precoz. También ayuda a apoyar a las personas (mayoritariamente mujeres) que lo tienen. Esta es la parte amable.

El optimismo está presente en casi todas estas actividades. ¡Y hay motivos para ello! Tras una larga reivindicación de las mujeres el cáncer de mama entró en la agenda política de muchos gobiernos. Empezaron a hacerle caso y se centraron en la detección precoz (mediante la mamografía). Esta detección precoz explica, en parte, porque actualmente se curan el 85% de mujeres con esta enfermedad en nuestro país. Pero la atención mediática también ha animado las inversiones en investigación para encontrar tratamientos más eficaces y más tolerables.

Su visualización -y, sobre todo, su visualización optimista- ha ayudado a eliminar, prácticamente por completo, el estigma y el tabú. La mayoría de mujeres que tienen cáncer de mama no se esconden. Algunas incluso explican su manera de vivir la enfermedad y el tratamiento y ayudan a otras mujeres que pasan por una situación similar. Y lo hacen con una gran sinceridad y sensibilidad. Sin duda, es un placer leerlas.

La otra cara del lazo rosa: No todo el mundo es optimista

El optimismo funciona cuando eres optimista. La mujer que afronta el cáncer de mama con espíritu de lucha se puede nutrir de actividades festivas, puede sonreír, explicar, preguntar y participar. Pero no todo el mundo reacciona igual.

Hay personas que tienen miedo. Que tienen rabia. O que están tristes por lo que les ocurre. Y les cuesta ver razones para ser optimistas. Parte de su entorno social les dice «Tienes que ser optimista, que esto, hoy en día, se cura» o «Trata de poner buena cara para que tu familia no se hunda«. Como resultado, al malestar provocado por la enfermedad, el tratamiento y el impacto en la autoimagen de la mujer, encima, le añadimos la carga de tener que disimular y poner buena cara.

El cáncer no es una fiesta, como se quiere demostrar con el lazo rosa
Jean Christophe Baux – Pixabay

Las mujeres que viven el cáncer de mama con sentimientos o emociones que no incluyen el optimismo están en su derecho. La vivencia de la enfermedad es algo muy personal. Por eso, cuando a una paciente le dicen aquello de «Te entiendo perfectamente«, suele pensar «No. En realidad ni te aproximas a una idea de lo que es eso«.

En un entorno donde el cáncer de mama va ligado al lazo rosa, los globos, los festivales y la sonrisa, las personas que lo tienen y lo viven como una experiencia durísima corren el peligro de sentirse desplazadas. Como si fueran extrañas porque no nadan en la corriente del optimismo. Pero tienen derecho. Y es bueno que nos aseguremos de que se sienten integradas en su entorno, porque será básico para su bienestar.

¿Esto significa que prescindamos del lazo rosa? ¡No! Quiere decir que tengamos en cuenta que algunas mujeres no se sentirán incluidas. Y que respetarles esta decisión también es una manera de ayudarlas.

Una estrategia comercial interesada

El lazo rosa también va acompañado de una intensa campaña comercial. Algunas marcas lanzan mensajes del tipo «Por cada producto que compres, daremos 1 euro a la lucha contra el cáncer de mama«. Y aquí hay que distinguir dos situaciones distintas.

Por un lado, las entidades sin ánimo de lucro que reciben donativos a cambio de obsequios (una actividad bien lícita). Por otro, las marcas comerciales que durante el año no mencionan para nada el cáncer de mama y, llegado el mes de octubre, utilizan el lazo rosa como excusa para aumentar las ventas.

Es importante separar las cosas: Que una empresa quiera ganar dinero es lo más normal del mundo. Pero utilizar la sensibilidad social que rodea el cáncer de mama con este fin ya no lo es tanto.


En los próximos días volveré a poner en marcha la Agenda de Actividades del Día Mundial del Cáncer de Mama. ¡Atentos/as a esta web!

Este artículo tiene 2 comentarios

  1. ¡¡Hola!!
    Soy paciente de cmm. No soy de las optimistas aunque tampoco de las pesimistas. Mi estado de ánimo natural es sereno y trtranquilo. Me llego ha sentir agredida con e la actitud generalizada de hiperoptimismo tranquilizador que prodiga mucha gente con ánimo de ayudarte. Cuándo formas parte de ese tanto por ciento, tan poco realista, que no se cura, las cosas canvian significativamente. Se agradece y mucho, todos los signos de solidaridad y ayuda aunque, a veces, se subliman tanto que no consiguen el efecto deseado. Gracias!!!?? (no hay lazos)

    1. Hola! Muchas gracias por su comentario 🙂 Creo que tiene usted razón: los intentos de ayudar son muy bienintencionados, pero no siempre funcionan porque van «muy rápido»: intentar tapar el dolor… sin saber, antes, qué es lo que preocupa. Éste es uno de los mensajes del optimismo del lazo rosa que puede funcionar para algunas personas pero no para otras, y por eso es importante atender a todos los puntos de vista (¡como el de usted!). Cada una vive su enfermedad a su manera, y es algo a respetar. Gracias!

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