«Consultar el Doctor Google» és como llamamos la práctica de buscar información médica en la red y no filtrarla. Internet es un espacio donde cualquier persona puede publicar casi lo que quiera. Por eso la información médica contrastada convive con otra información que ni es válida, ni es de fuentes expertas, ni es útil. Y debemos tener en cuenta este aspecte cuando, movidos por la ansiedad, vamos a la red a informarnos.
Doctor Google: la información médica en internet
Internet se ha convertido en la principal fuente de información para mucha gente. La cifra de personas que consultan la red para obtener información sobre su salud no para de crecer. En este espacio de busca la explicación de síntomas, relatos de personas que, según ellas, «les pasa exactamente lo mismo que a ti», maneras de autodiagnosticarse o de conseguir tratamientos alternativos, consejos de salud, etc. Estos son algunos datos relevantes:
- El 60,5% de los ciudadanos utilizan internet para informarse sobre la salud. El 30% buscan información antes de ir a la consulta, y el 46% lo hacen después para confirmar el diagnóstico.
- De este 60,5% sólo un 38% muestran una confianza absoluta en esta información; de hecho la principal fuente de información continúan siendo los profesionales sanitarios (88,7%).
- El 22,3% utilizan las redes sociales, y el 27% usan algún dispositivo o aplicación para monitorizar su salud. El 14,7% dicen confiar bastante o mucho en esta información, mientras que el 65,1% declaran confiar poco o nada.
- La franja de edad que utiliza más internet y las redes sociales para informarse sobre salud es la que va de los 16 a los 49 años.
Estos datos se centran en el estado español, y corresponden al estudio de Abril de 2016 llamado «Los ciudadanos ante la e-sanidad«, y elaborado por el ONTSI (Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información). El estudio completo puede descargarse de este enlace.
¿Es fiable la información que hay en internet?
El problema principal del Doctor Google és que la información de calidad y la que no lo es aparecen en igualdad de condiciones en los resultados. Cuando vamos a Google (o a Yahoo, o a Bing o a cualquier otro buscador) y escribimos unas palabras, no salen unos resultados ordenados. Las páginas que reciben más visitas, las que ofrecen más la información que el usuario está buscando y las que contienen más enlaces, son las que aparecen más arriba en esta lista. Tanto si la información es de calidad como si no.
La información sanitaria que corre por la red, además de ser fiable, también debe ser comprensible y debe ser útil: La experiencia que un usuario explica en internet alrededor de su enfermedad o de su tratamiento, puede ser cierta o falsa; pero… la misma experiencia ¿es aplicable a tu caso? Es decir, cuando vas al Doctor Google para resolver una duda médica personal, ¿puedes asegurar que tu situación es igual que la de la persona que publica esa información?
Otro de los riesgos de consultar al Doctor Google es que algunas de las cosas que hay en la red estén manipuladas, o mal entendidas o, directamente, promuevan el engaño. Tenemos ejemplos con algunos “remedios” contra el cáncer, cuya eficacia no se ha comprobado: los espárragos, algunas hierbas medicinales, etc. Y lo mismo ocurre con los posibles riesgos del uso del microondas o del teléfono móvil, etc. La información publicada sobre estos aspectos no ha sido contrastada de manera fiable. Por lo tanto son de dudosa veracidad.
¿Por qué la gente se informa con el Doctor Google su salud?
- Porque es fácil y rápido: Los ordenadores y los smartphones están conectados permanentemente a internet, y los buscadores están accesibles a un click, 24 horas al día y 7 días a la semana.
- Porque es anónimo: Nos permite acercarnos a la información sin comprometernos, ni avergonzarnos ante el médico por mostrar partes del cuerpo o hacer determinadas preguntas.
- Porque encontramos personas con una enfermedad como la nuestra (o que creemos que es como la nuestra), y nos ayuda a identificarnos.
- Porque la información es tan abundante, que tarde o temprano acabamos encontrando lo que nos gustaría que nos dijeran, aunque no sea cierto.
¿Cómo nos podemos informar sobre nuestra salud de manera segura?
La mejor fuente de información son los profesionales sanitarios: de la medicina, de la enfermería, de la psicología o del trabajo social. En este ámbito es donde están los expertos, que pueden aportar la información necesaria, deseada y útil sobre su salud, su enfermedad y sus tratamientos.
Dicho esto, los profesionales de la salud sabemos que la gente va a internet. Y si le decimos que no lo haga, lo hará igualmente. Por tant, lo mejor es preguntar a los profesionales qué páginas web tienen información segura y veraz y, por tanto, son una buena fuente de información alternativa al Doctor Google.
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