Para muchas personas después de Navidad llega el reto de recuperar el estilo de vida saludable. Navidad es sinónimo de comidas abundantes, a menudo con un alto contenido de grasas y azúcar. También pasamos más tiempo en casa y, por tanto, hacemos menos actividad física. Todo ello conlleva romper la línea de mantener unos hábitos saludables para cuidarse.
Recuperar la forma después de Navidad
Dentro de las recomendaciones universales de mantener un estilo de vida saludable, la Navidad nos invita a hacer un paréntesis. No tiene que ser necesariamente malo hacerlo de vez en cuando, como durante las Fiestas. Permitirse algunos caprichos ayuda a coger fuerzas y a evitar una restricción extrema que provocaría el efecto rebote: acabar comiendo en abundancia aquello que normalmente rechazamos. Pero una vez dejamos atrás las fechas navideñas es hora de volver a una línea más saludable.
Recuperar la dieta será, sin duda, uno de los cambios que más nos va a beneficiar. Y podemos hacerlo de forma relativamente fácil y sin que nos cueste demasiado dinero. Hay alimentos que sacian el hambre sin llevar grasas saturadas: son aquellos con un alto contenido en fibra: los frutos secos, los cereales y la fruta. Además los frutos secos son ricos en hidratos de carbono, un tipo de nutriente muy necesario en nuestra dieta porque nos proporciona la energía necesaria para llevar a cabo las actividades de la vida diaria.
La fruta, la verdura y las legumbres tampoco llevan grasas y, en cambio, son una fuerte importante de agua. El agua es necesaria todo el año: en verano (para asegurar una buena hidratación), pero también en invierno (para mantener la temperatura corporal). Además estos alimentos son ricos en vitaminas. Conviene mantenerlos en la dieta, sin olvidar el resto de alimentos que también aportan proteínas: carnes, huevos, pescado, y lácteos. Dar prioridad a estos nutrientes (vitaminas y proteínas) ayuda a construir una alimentación variada, equilibrada y saludable.
Otro hábito que se aconseja recuperar es el del ejercicio físico. Si quieres puedes hacer ejercicio vigoroso, practicando deportes como el fútbol, el tenis o saliendo a correr. Pero si para ti esto es demasiado, recuerda que basta con dedicar unos 30 minutos al día a andar a paso normal, por el campo o por la ciudad. ¿Sabías que andando a paso normal (4 km/h) durante 30 minutos quemas 120 calorías? Y Si además lo haces en pareja o con amigos, también fortaleces las relaciones sociales.
Antes de iniciar cualquier dieta para perder peso, aunque sea una que te ha recomendado alguien porque le ha funcionado, es muy importante hablar con un experto en nutrición y dietética. Te va a ayudar a adaptar la dieta a tus objetivos particulares, de manera que te permita lograr las metas sin poner en riesgo la salud. Las dietas milagro pueden ser peligrosas, además de no producir los resultados deseados.
Si lo que quieres es perder peso, es recomendable hacerlo poco a poco. El peso que se pierde rápidamente también es más probable que se recupere rápidamente. Por otra parte es normal que al principio pierdas peso rápidamente y, a medida que pasa el tiempo y sigues haciendo dieta, esta bajada sea cada vez más lenta. El cuerpo va adaptando su metabolismo y, cuantas menos calorías ingieres, menos tienes para quemar.
Recuerda que las bajadas y subidas bruscas de peso son un riesgo para la salud. Incluso más que un poco de sobrepeso sostenido.
En este enlace a la web del Consejo de Información sobre Alimentos de Europa encontrarás unas recomendaciones muy sencillas para mantener una dieta saludable.
Este artículo sobre la recuperación de la dieta después de Navidad es expresamente breve, y seguro que hay otras maneras de volver a los hábitos saludables que no he incluído. ¿Se te ocurre alguno? ¿Cómo lo haces tú? Deja tu comentario y te responderé personalmente. Y recuerda que puedes compartir libremente este artículo.
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