El cáncer es un tema recurrente en el cine. Hablamos de ello hace unos meses con el artículo «10 películas que hablan del cáncer«. Ahora nos preguntamos si la forma como se ve el cáncer en el cine se corresponde con la realidad. Y la respuesta es que no: la muerte está sobre-representada y los tumores que aparecen más a menudo no son los más frecuentes en la vida real. Pero el cine sigue siendo un buen entretenimiento y una oportunidad didáctica.
Cómo se ve el cáncer en el cine
El cáncer es un tema habitual en las películas. Representa un buen recurso cinematográfico porque permite crear tramas argumentales e historias que giran alrededor de un -o unos pocos- personajes. A menudo el cáncer es el tema central de la película, y el personaje con la enfermedad evoluciona hasta morir.
Precisamente este es uno de los puntos más cuestionados de la forma en que se ve el cáncer en el cine. La mayoría de pacientes mueren y esto no se ajusta a la realidad. Actualmente cerca del 55% de personas con la enfermedad, de media, se curan. Las películas que hablan del cáncer comenzaron a frecuentar en los años 80 y contribuyeron a romper el tabú y el estigma. Desde entonces la mortalidad se ha ido reduciendo en la vida real, pero no en el cine.
Otro aspecto que se aleja de la realidad es la representatividad de los diferentes tipos de enfermedad oncológica. Los cánceres más frecuentes son el de mama, el de colon, el de próstata i el de pulmón. Pero si nos basamos en el cine, lo más frecuentes con la leucemia, los linfomas y los tumores cerebrales. Ésta y otras conclusiones aparecen en un estudio liderado por filósofo Luciano di Fiore que explica com se ve el cáncer en el cine.
Hay un tercer elemento que hace que el cine se aleje de la realidad cuando habla del cáncer. Y es que a menudo presenta a los protagonistas como héroes. Personajes que convierten su vida en una lucha en condiciones de gran dificultad. Está claro que los pacientes del mundo real viven el cáncer con dificultades y con preocupación. Pero normalmente la enfermedad pasa a ser una parte más de su vida.
Cómo podría ser más real la visión del cáncer en las películas
La forma como se ve el cáncer en el cine responde a la necesidad de la película. Quieren contar una historia, en un tiempo determinado, y centrándose más en unos aspectos que en otros. A menudo se dedica un tiempo a los efectos secundarios del tratamiento que exagera la importancia que dan los pacientes reales. En el cine, cáncer se asimila prácticamente siempre a caída del cabello. Es un síntoma que preocupa a los pacientes reales, pero que no siempre se produce.
Aunque también hay elementos que sí son parecidos a como se producen en la realidad. Son los que giran entorno a la relación médico-paciente, a los procesos de toma de decisiones y a la comunicación familiar.
Algunas cosas ayudarían a que la forma como se ve el cáncer en el cine se ajustara más a la realidad. Por ejemplo, que pasara como una trama más dentro de otras historias. En este sentido está muy bien conseguida la película «Quédate a mi lado» (Chris Columbus, 1998). El cáncer -en este caso, de mama- da lugar a un cambio positivo en la relación entre la mujer que tiene la enfermedad y la nueva pareja de su ex-marido.
Conseguirlo sería útil porque el cine llega a muchas personas. Tratar el cáncer de una manera más cercana a la realidad da la oportunidad de crear conciencia sobre la enfermedad y los avances científicos. También puede servir para explicar los riesgos de las terapias alternativas. En definitiva: formar, informar y entretener.
Por otra parte irían muy bien películas -realistes- que ayudaran a explicar el cáncer a los niños. Sobre todo para los niños que tienen la enfermedad y que pueden vivir con ansiedad sus estancias hospitalarias -que a veces son muy largas-. Ver como es un hospital, quién está y qué se hace, podría servir para reducir esta ansiedad.
Algunos ejemplos bien conocidos
Haciendo una búsqueda en una de las bases de datos de cine (incluyendo series) en internet, la Internet Movie Database con la palabra «cáncer» aparecen 1529 títulos. Hay clásicos del género dramático, películas de cine fantástico y series bastante nuevas. Algunos ejemplos de cómo se ve el cáncer en el cine y que se alejan de la realidad son estos:
- En Deadpool (Tim Miller, 2016) un paciente con cáncer se somete a un experimento para tener superpoderes y llevar a cabo una venganza.
- En 3 días para matar (McG, 2014) a un agente de la CIA con cáncer en final de vida le ofrecen probar un medicamento experimental a cambio de que participe en una operación.
- En Ahora o nunca (Rob Reiner, 2007) dos hombres abandonan el tratamiento para el cáncer para completar una lista de cosas por hacer, algunas de ellas, actividades de riesgo.
- En Breaking Bad (Vince Gilligan, 2008-2013) un hombre con diagnóstico de cáncer pone en marcha un laboratorio de fabricación de meta-anfetamina para ayudar a su familia.
- En Phenomenon (Jon Turteltaub, 1996) un campesino desarrolla un tumor cerebral que le estimula las funciones hasta dotarlo de superpoderes como la telequinesia o la capacidad de aprender un idioma en 20 minutos.
Efectos positivos y negativos de esta tendencia
No hay ninguna intención de censurar con este artículo. La forma como se ve el cáncer en el cine responde a la función expresiva del director, que tiene una historia que contar y decide hacerlo así. Y muchas de las películas que se han hecho sobre el cáncer son auténticas obras de arte.
Lo que pasa es que cuando estas películas se cogen en conjunto se desvían de la realidad. Faltan algunos elementos y sobran otros. A menudo parece que terminar con la muerte de un personaje responde a una exigencia del guión. Aunque haga que la película no refleje la realidad.
Pero también es cierto que presentar el cáncer en el cine ayuda a su socialización. Contribuye a hacer ver esta enfermedad como algo normal. Y muestra que detrás del cáncer hay personas con motivaciones que cambian a raíz del diagnóstico. Además, como decíamos, ayuda a que el cáncer deje de ser un tema tabú.
En resumen: La forma como se ve el cáncer en el cine supone una distorsión de la realidad. Los pacientes mueren de forma más numerosa y aparecen repetidamente unos tipos de cáncer que, en la vida real, no son tan frecuentes. Así se pierde una oportunidad de convertir el cine en una herramienta pedagógica sobre el cáncer.
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