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Con el cáncer afectando a personas cada vez más jóvenes y la edad de la maternidad retrasándose empezamos a ver mujeres en las que cáncer y embarazo coinciden. Es una situación todavía poco frecuente, pero plantea situaciones de toma de decisiones importantes sobre cómo y cuándo hacer el tratamiento. Este artículo habla de la coincidencia de cáncer y embarazo.

Cáncer y embarazo - Psicología en Cáncer
Daniel Reche – Pixabay

Este artículo se centra en aspectos psicológicos. No sustituye ninguna información médica ni está planteado para orientar a las personas hacia un tratamiento u otro.

La coincidencia de cáncer y embarazo

Hasta hace unos años era poco frecuente que las mujeres jóvenes tuvieran enfermedades oncológicas propias de la edad adulta. Si aparecía el cáncer lo hacía décadas después de que la mujer hubiera tenido hijos. Actualmente, sin embargo, vemos mujeres con cáncer a una edad cada vez más joven. Por otra parte, la edad de la maternidad también se está retrasando (la media de edad de las mujeres al tener el primer hijo ha pasado de los 25 años en 1975 a los casi 31 en 2015).

Por eso en la actualidad es más habitual que cáncer y embarazo coincidan -aunque sigue siendo poco frecuente-. Los tipos de cáncer que afectan más a las mujeres durante el embarazo son el cáncer de mama, el cáncer de cuello de útero, el linfoma y el melanoma. De todos estos, el melanoma es el único que tiene un pequeño riesgo de transmitirse al feto, porque puede hacer metástasis a través de la placenta. Aún así es un riesgo muy bajo.

Las causas del tumor durante el embarazo son las mismas que en las mujeres no embarazadas, por lo que lo único que explica que se presenten en el mismo momento es una coincidencia. Y como en ambas situaciones (el cáncer y el embarazo) la mujer está sometida a un control médico, el seguimiento de una facilita la detección de la otra.

Opciones de tratamiento del cáncer en mujeres embarazadas

En términos generales el tratamiento de una mujer a la que coinciden cáncer y embarazo dependerá del momento de la gestación, del tipo y extensión del tumor, de su estado general de salud y, siempre que se pueda, de sus preferencias personales. Se tiene en cuenta que el objetivo de curar el cáncer se combina con el de proteger a la mujer y el hijo que espera.

Cuando la cirugia no afecta el útero se considera bastante segura. Esto incluye la anestesia, que normalmente no da lugar a complicaciones para el pequeño. De todos modos, un/a obstetra puede ayudar a la mujer a decidir cuál es el mejor momento para hacer la intervención.

En relación a la quimioterapia, el riesgo de afectar el embrión es más elevado durante el primer trimestre (cuando se le están formando los órganos) que durante el segundo y el tercero. De todos modos el riesgo siempre está, y en unos medicamentos más que nos otros. Se puede producir un parto prematuro y bajo peso al nacer la criatura. Por ahora no está claro si la quimioterapia durante el embarazo afectará al niño durante su vida. En esta página encontrarás más información.

En radioterapia, el aumento de la precisión de los últimos años hace que, con ciertas precauciones, se pueda llevar a cabo en mujeres con cáncer y embarazo, siempre y cuando se haya superado el primer trimestre. El embrión es especialmente sensible a la radiación. Esta página contiene una información muy completa sobre esto.

Tengo cáncer y estoy embarazada: Qué debo hacer

Tener cáncer y estar embarazada - Psicología en Cáncer
rc-respect – Pixabay

La coincidencia de cáncer y embarazo en una misma persona y momento produce un choque muy importante en el estado de ánimo. El embarazo se suele vivir con alegría y esperanza para el futuro, al contrario que la enfermedad oncológica. Por eso muchas mujeres tienen, como primera reacción, un dilema: ¿Qué es más importante; curar el cáncer o proteger al niño o la niña que se está gestando? No hay una respuesta correcta. Es un escenario de toma de decisiones complejo, en el que hay que tener en cuenta varios factores:

  • El momento del embarazo: Los riesgos suelen ser más elevados durante el primer trimestre. Como no se hace un solo tratamiento, sino que se combinan entre ellos, se suele buscar la opción que permite los mayores beneficios con los mínimos perjuicios. Algunas mujeres deciden esperar a que el embarazo haya evolucionado y, si es necesario, adelantar el parto para comenzar antes el tratamiento. Otras optan por abortar para evitar que el cáncer se complique. Ninguna de estas decisiones es fácil, ni ninguna mujer merece que la juzguen o critiquen por haberla tomado.
  • Quién toma las decisionse: En última instancia, la mujer afectada. Pero es menos difícil hacerlo con la participación de su pareja (si tiene), de la familia y de los profesionales sanitarios. Conjuntamente y habiendo evaluado todas las opciones.
  • Cómo se toman las decisiones: Con la información disponible y con el tiempo de reflexión necesario. Reservando la posibilidad de cambiar de decisión, si es posible, más adelante. Las personas cambian y sus circunstancias también.

También es normal tener miedo de si la decisión tomada no es la correcta, y de si eso significa que se es una mala madre. Algunas mujeres se sienten culpables por cómo el tratamiento puede afectar el embrión, o por si no habrían podido hacer algo para evitar que cáncer y embarazo coincidieran (como ir al médico más a menudo). Estos pensamientos son comprensibles y merecen atención (lo cual no quiere decir que la mujer esté en lo cierto cuando se culpabiliza). A veces reconocen que estos pensamientos son irracionales.

¿Me podré quedar embarazada después de haber hecho tratamiento por el cáncer?

Entre el 15% y el 30% de niñas y adolescentes tratadas de un cáncer pierden la fertilidad. Esto es porque los óvulos no se producen durante la vida, sino cuando la mujer todavía es un embrión dentro de su madre, y algunos tratamientos afectan estos óvulos.

Las posibilidades, en estos casos, son la preservación de óvulos (sacarlos antes del tratamiento para conservarlos sanos y utilizarlos después), la preservación de embriones ya fecundados -si la mujer tiene pareja masculina o ha encontrado un donante de esperma- o utilizar óvulos de una donante. Queda claro que todas las opciones son muy condicionales: cada posibilidad es para situaciones concretas. Por lo tanto la decisión a tomar debe ser muy personalizada.


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