1 de cada 2 hombres y 1 de cada 3 mujeres tendrá cáncer en algun momento de su vida. Eso es lo que dicen las estadísticas actuales. Pero vivimos en una sociedad con roles muy marcados y distintos para los hombres y para las mujeres. Esta diferencia también llega al terreno de la enfermedad oncológica. El artículo de hoy, con motivo del Día Internacional de las Mujeres, habla del cáncer con perspectiva de género.

La perspectiva de género también afecta el cáncer
El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de las Mujeres, que reivindica la normalización de la presencia de la mujer en todos los campos de la sociedad. Las mujeres aportan el 50% del talento de la humanidad. Por lo tanto, excluírlas, significa renunciar al 50% del talento. Además de ser absurdo, perjudica a la humanidad entera. El feminismo (la lucha para acabar con la situación de inferioridad de la mujer) ha aumentado su eco mediático estos últimos años, con denuncias como la violencia de pareja, la brecha salarial o la infra-representación en lugares de poder.
La perspectiva de género ayuda a cuestionarse cosas que una parte de la sociedad considera asentadas. Son ejemplos de ello la idea de que las mujeres están más capacitadas para hacer las tareas domésticas, que no tienen suficiente autoridad para dirigir una empresa o que deben hacer lo posible para casarse. Poner en duda estas creencias es necesario para lograr la igualdad real, aunque incomode a algunos hombres, que piensan -erróneamente- que van a salir perdiendo.
El cáncer también necesita de la perspectiva de género para analizar algunos fenómenos que, observados en conjunto, solo tienen un elemento en común: asignan a las mujeres un rol distinto al de los hombres. Esta tendencia es la que contribuye a perpetuar las diferencias entre los géneros. Vamos a ver estos elementos:
Los cambios en la incidencia del cáncer de pulmón
Este gráfico muestra la evolución del cáncer de pulmón, tráquea y bronquio en Cataluña, en hombres y en mujeres, ente los años 1994 y 2012. Se observa que, en las mujeres, tienden a aumentar tanto la incidencia (aparición de nuevos casos) como la mortalidad. Mientras tanto, en los hombres, pasa lo contrario. ¿Por qué cada vez hay más mujeres afectadas por cáncer de pulmón?
El principal factor de riesgo para esta enfermedad es el tabaquismo. Fumar provoca cáncer algunos años después de haber empezado y hacerlo de forma continuada. Pueden pasar más de 20 años antes de que el tabaco dé lugar a un tumor (otros efectos nocivos de fumar se manifiestan instantáneamente). Hasta los años 70 las mujeres fumaban muy poco: de hecho estaba mal visto que una mujer fumara. A partir de entonces empezaron a hacerlo (a veces, con la única intención de lograr la igualdad con los hombres) Y años después, se está traduciendo en más casos de cáncer de pulmón.
¿Las mujeres con cáncer tienen más ingresos hospitalarios?

He puesto un interrogante porque no tengo ningun estudio que lo demuestre. En realidad es una observación hecha a ojo durante mis prácticas profesionales en el Institut Català d’Oncologia. Aproximadamente el 65% de personas ingresadas por el cáncer eran mujeres y, el 35% restante, hombres. Los motivos de ingreso durante el cáncer son la cirugía, las pruebas médicas, las complicaciones de la enfermedad o del tratamiento y la situación de final de vida.
Intuitivamente parece que deberían ser un 50% de hombres y un 50% de mujeres. Incluso si el cáncer afecta más a los hombres (1 de cada 2) que a las mujeres (1 de cada 3), es razonable pensar que debe haber más hombres ingresados que mujeres. Pero es al revés. ¿Por què? Podría explicarse desde la perspectiva de género.
Como no he encontrado ningun estudio, solo puedo aventurar una hipótesis -con la cual, evidentmente, puedo estar equivocado-. Pero diría que es porque cuando una mujer con cáncer necesita atención constante, su marido puede verse incapaz de proporcionársela. Muchos hombres afirman verse superados por esta situación. Por eso el ingreso parece una opción más viable para ambos. En cambio, cuando es un hombre quien necesita estos cuidados, su mujer se vería más valiente para ponerse. Insisto en que solo es una hipótesis a partir de una observación.
Encontrar trabajo después del tratamiento
Mujer, mayor de 50 años, recuperada de un cáncer y con la imagen personal afectada. 4 dificultades para encontrar trabajo tras la enfermedad, que se añaden a las que tendrían si fueran hombres. Trabajar después del cáncer es difícil para todo el mundo, pero más para las mujeres. La perspectiva de género, pues, abre un nuevo debate.
Por culpa del machismo las mujeres deben esforzarse más que los hombres al explicar por qué quieren trabajar. Con «trabajar» me refiero al trabajo fuera de casa (el trabajo en casa, no remunerado, también es trabajo. Tanto si lo hace una mujer como si lo hace un hombre). Como si el deseo de las mujeres de desarrollarse laboramente, como parte de lo que consideran una vida normal, no fueran suficientes y tuvieran que dar explicaciones adicionales.
Este reportaje explica las dificultades que tienen algunas mujeres para trabajar después del cáncer.
Marruecos: Mujeres con cáncer abandonadas por su marido
En Marruecos, muchas mujeres que han tenido cáncer de mama o cáncer de útero, son abandonadas por sus maridos. Sin duda ocurre lo mismo en muchos otros países pero, la situación en Marruecos, fué objeto de algunas noticias hace algunas semanas. Los motivos del abandono en aquél país son que las mujeres con esta enfermedad es poco probable que puedan tener hijos, y que no podrán hacer el trabajo de cuidar de sus maridos.
Es otro tema que toca la perspectiva de género: porque el hecho de que una mujer abandone a su marido con cáncer no se contempla ni como posibilidad. Es el hombre quien cree que la función de su esposa es cuidarle y tener hijos. Por lo tanto, cuando piensa que ya no podrá hacerlo, ya no hay motivos para mantenerla. Esta es la crueldad del machismo, con el apoyo de las autoridades políticas y religiosas.
Que el Día Internacional de las Mujeres sirva para eliminar estas diferencias y llegar a tener una sociedad con plena igualdad de género.
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