En los últimos años hemos visto grandes cambios sociales en el cáncer de mama: en la manera de informar sobre él, en cómo se investiga, en la visión que tenemos como sociedad, etc. El 19 de Octubre se celebra el Día Mundial del Cáncer de Mama para dar a conocer la enfermedad y los avances científicos. Unos avances que lo han convertido en el tipo de cáncer que recibe mayor interés por parte de los investigadores y de los medios de comunicación. Pero… ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Los cambios sociales en el cáncer de mama
La detección precoz y el aumento de la curación
Dos descubrimientos han sido clave en el cáncer de mama desde el campo científico: por un lado, que cuánto más inicial es el estadio de la enfermedad cuando se detecta, mayor es la probabilidad de curarse; por el otro, que un procedimiento médico sencillo y de resultados inmediatos como la mamografía es eficaz para orientar el diagnóstico precoz.
Por eso se estableció el programa de detección precoz del cáncer de mama a través de la mamografía en las mujeres de entre 50 y 69 años (en el caso de Cataluña). Y con este método, ocurrieron dos cosas:
- Se observó un aumento muy importante del número de mujeres a las que se diagnosticaba la enfermedad.
- La supervivencia a 5 años empezó a aumentar un 2% anual, hasta situarse por encima del 80%.
El aumento de los casos se explica, de un lado, porque al hacer más controles se detectaban en muchas mujeres en las que previamente pasaba desapercibido o se diagnosticaba tarde. Del otro lado, por los cambios en el estilo de vida: Más sedentarismo, más consumo de alcohol y de grasas animales, retraso en la edad de la maternidad, deshabituación de la lactancia natural de los hijos, etc.
La experiencia del cáncer de mama en mujeres cada vez más jóvenes
De cáncer de mama hay de muchos tipos. Pero todos tienen un elemento en común: su enorme impacto psicológico. El pecho femenino es un elemento clave de la identidad y de la autopercepción como persona y como mujer; cualquier cosa que amenace esta parte del cuerpo se transforma en una amenaza para la mujer en su totalidad. Además el tratamiento provoca a menudo la caída del cabello, una importante fatiga y sequedad de piel, por lo cual el aspecto físico se ve perjudicado.
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Como hemos dicho unas líneas más arriba, antes el cáncer de mama se manifestaba casi exclusivamente en mujeres de más de 60 años. Como habían sido madres a los veintipocos años, en el momento del diagnóstico sus hijos ya eran adultos, estaban emancipados y habían formado sus respectivas familias. El impacto en la dinámica familiar existía, pero no tenía las consecuencias que tiene actualmente.
Hoy en día el cáncer de mama se observa en mujeres cada vez más jóvenes (incluso menores de 40 años). Y los hijos se tienen cada vez más tarde, habitualmente pasados los 30 años. Por lo tanto cuando se detecta el tumor a la mujer sus hijos se pueden encontrar en la edad infantil, y esto conlleva un gran trastorno familiar. Este es otro de los cambios sociales en el cáncer de mama: el reto de informar a los hijos de que mamá tiene cáncer, y de que ésta es una enfermedad que no siempre se cura.
El cambio social més importante: la movilización
Sé que esto que diré ahora es muy fuerte. Pero no se me ocurre otra forma de explicarlo.
Cuando una enfermedad hace que una gran mayoría de personas que la tienen, o todas, mueran en poco tiempo, no queda nadie para luchar por su visibilización y curación. Es lo que pasa, por ejemplo, con el cáncer de páncreas (aunque sí hay algunas asociaciones que hacen un muy buen trabajo).
Pero en el caso del cáncer de mama la mayoría de mujeres sí se curan. Y una vez se han curado miran con perspectiva la terrible experiencia que han tenido que pasar: incertidumbre, miedo, rabia, momentos de sentirse muy solas, cambios de imagen, tratamientos complejos… Después de esto deciden que no quieren que nadie más pase por lo mismo, y se movilizan para que se aborde el cáncer de mama desde todos los frentes.
Han aprovechado que cada vez había más personas afectadas para empezar a ejercer una fuerte presión social, y a pedir cambios en el sistema sanitario, inversiones en investigación, y sensibilización e implicación social con la enfermedad. Por otra parte muchas mujeres conocidas han explicado públicamente que tienen (o han tenido) cáncer de mama, cosa que ha contribuído a su normalización.
Con esta implicación de miles de mujeres (y hombres) se ha colocado el cáncer de mama como el tipo de enfermedad oncológica que, probablemente, conseguiremos erradicar antes de manera total y definitiva de nuestras vidas.
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