Cambio vital positivo después del cáncer

¿Es posible el cambio vital positivo después del cáncer? ¿Las personas pueden salir reforzadas tras superar la enfermedad? La experiencia nos dice que sí, aunque depende de cada persona y de los aspectos de la vida que se estudian. La psicología positiva es la que estudia el crecimiento postraumático después del cáncer.

Qué cambios provoca el cáncer

Los cambios que provoca el cáncer dependen de cada persona, porque cada uno vive el cáncer a su manera. Pero en general se observa que los cambios positivos conviven con los negativos. Para verlos con más detalle puedes leer el artículo Recuperar la normalidad después del cáncer.

Cambios positivos

• Acaba el tratamiento y muchos de sus efectos secundarios.
• Se abandona el «circuito hospitalario» y la vida deja de girar alrededor del tratamiento (aunque se mantienen los controles).
• Se recuperan lentamente los horarios, las rutinas y las actividades.
• Se valoran más los momentos agradables y el tiempo para uno mismo.
• Se seleccionan las amistades: Se pierde el contacto con algunos amigos y se fortalece con otros.
• Aumenta la asertividad.

Cambios negativos

• Se mantiene un cierto miedo a recaer en la enfermedad (Síndrome de la espada de Damocles).
• Ciertos efectos secundarios del tratamiento pueden ser permanentes.
• Algunas de las actividades perdidas ya no se pueden recuperar.
• Es difícil volver a trabajar.
• Un 35-38% de pacientes mantienen un malestar emocional importante.

El cambio vital positivo después del cáncer

Crecimiento postraumático

Un equipo de investigadores liderados por Richard Tedeschi empezó a utilizar el concepto de crecimiento postraumático para describir una serie de cambios que experimentaban algunas personas tras un acontecimiento vital estresante. Concretamente describieron 5 áreas de cambio vital:

• Se tienen en cuenta nuevas posibilidades en la vida.
• Mejoran las relaciones personales.
• Se da más importancia a la propia espiritualidad.
• Aumenta la sensación de fortaleza personal.
• Se valora más la propia vida.

La disciplina que más ha estudiado el crecimiento postraumático en cáncer es la Psicologia Positiva. Esta rama de la psicología se destaca porque no se centra en la psicopatología y los aspectos negativos, sino en encontrar las potencialidades y fuentes de crecimiento de cada persona.

¿De qué depende que se logre un cambio vital positivo tras el cáncer?

En este terreno nos movemos entre dos extremos. Por un lado, un realismo conservador que aboga por no alimentar la esperanza de un cambio vital positivo, por considerar que fortalece expectativas que luego llevan a la frustración. Por el otro, el pensamiento mágico, que defiende que cualquier persona tiene el poder de conseguir todo lo que quiera por el simple hecho de desearlo intensamente. Pongámonos a medio camino.

Una interesantísima revisión científica intenta resumir las características que hacen que una persona, con mayor probabilidad, experimente un cambio vital positivo después del cáncer. En general se benefician más las personas jóvenes, las que tienen un buen apoyo social y las que tienen creencias religiosas. Pero hay que tener en cuenta que los datos se contradicen entre unos y otros estudios.

También se desprende que el crecimiento postraumático en el cáncer, en cierto modo, se cultiva. Se puede entrenar durante el tratamiento psicooncológico y después, pero siempre dejando claro que algunas de las personas no lograrán beneficiarse de él.

Algunos ejemplos

En mi práctica clínica he podido ver algunos ejemplos en pacientes con cáncer de mama. Una mujer decidió recorrer toda América del Sur una vez se hubiera recuperado. Otra me dijo que estudaría enfermería y se especializaría en enfermería oncológica. Y una senyora dijo una frase que recurdo textualmente después de 10 años:

He decidido que me voy a divorciar. Con el cáncer me he dado cuenta de que llevo 30 años sirviendo a mi marido, y creo que se mujer es otra cosa.

Una parte del trabajo para conseguir un cambio vital positivo después del cáncer pasa por aprender a aceptar que las situaciones positivas y las negativas van a convivir. Y que esforzarse para evitar a toda costa las situaciones negativas produce un desgaste que tampoco sirve para nada. También analizamos qué ha cambiado durante la enfermedad y cómo estos cambios se pueden convertir en experiencias de aprendizaje.

En resumen, el cáncer no es una experiencia positiva. Pero vale la pena trabajar cómo aprovecharlo para introducir cambios vitales positivos que perduren durante el resto de la vida de la persona y la ayuden a dar un nuevo significado a su existencia.

¿Te ha gustado este artículo? Deja tu pregunta o comentario y te responderé personalmente. Y se crees que puede ayudar a alguien que conoces, compártelo!