El cáncer está muy presente en nuestras vidas. Prácticamente todo el mundo conoce o ha conocido a alguien con la enfermedad. Sin embargo, a veces no encontramos las palabras para explicar en qué consiste. Esto ocurre a la hora de hablar con los niños, o de explicar a la población general algún aspecto del cáncer sin recurrir a la jerga científica. En este artículo ofrezco 5 metáforas para explicar el cáncer, que he utilizado, o que me han contado compañeros/as de profesión.
Utilidad de las metáforas para explicar el cáncer
Anteriormente hemos explicado cómo hablar del cáncer con los hijos, porque si algún miembro de su familia tiene la enfermedad es conveniente que lo sepan. Pero si es algo de lo que cuesta hablar incluso entre adultos, ¿cómo se debe hacer con los niños? ¿O cómo explicar un avance médico con un lenguaje que pueda entender el que no está acostumbrado a la jerga científica?
Utilizar metáforas para explicar el cáncer permite seleccionar un ámbito que la persona conoce bien. Ya sea el fútbol, una película, etc. Las personas tenemos una capacidad de abstracción que nos permite obtener el significado de una cosa a partir de otra con la que se establecen conexiones.
Para este artículo he seleccionado 5 metáforas para explicar el cáncer. Algunas de ellas las he utilizado con familiares de pacientes; otras me las han explicado compañeros/as de profesión. Son variadas, para situaciones diferentes y para personas diferentes. Las podemos utilizar siempre que prevemos que ayudarán a entender lo que queremos contar.
1. La Guerra de las Galaxias
Esta metáfora la utilicé con un niño de 8 años, cuyo padre tenía cáncer de pulmón. Para ser exactos, la recomendé a sus padres. Explicar que el padre tiene cáncer no debe hacerlo ni el médico ni el psicólogo, ni ningún desconocido. Es tarea de un familiar, o de alguien que tenga la confianza del niño.
Los padres de este chico estaban preocupados porque no sabían cómo explicarle el diagnóstico. Buscando temas para una metáfora me dijeron que era fan de la saga de La Guerra de las Galaxias.
Casi todo el mundo conoce el hilo argumental: Hay una unión galáctica conocida como La República, con la paz mantenida gracias a un senado y los caballeros Jedi. Pero la Confederación de Sistemas Independientes y la secta de los Sith quieren dominar la galaxia. Entre estos están «los malos»: Darth Vader y Palpatine. Por eso toman el poder y convierten la República en un Imperio. Un grupo de rebeldes quieren restablecer la paz y el orden, y son tan fuertes que la única manera de detenerlos es construyendo la estrella de la muerte para acabar con la rebelión. Los rebeldes son los conocidos personajes de Luke Skywalker, Han Solo, la Princesa Leia, etc.
La metáfora consiste en comparar la República galáctica con el cuerpo humano y los golpistas que quieren tomar el poder con el cáncer. La estrella de la muerte viene a ser el tumor -el niño con quien utilizamos esta metáfora ya sabía que la trama termina bien-. Por eso la rebelión es el tratamiento que intenta restablecer el orden contra el cáncer. La nave llamada «Halcón Milenario» es la quimioterapia.
Aunque utilizar la guerra como una de las metáforas para explicar el cáncer no es válido para todo el mundo, en este caso fue muy bien gracias a la afición del chico por las películas de La Guerra de las Galaxias.
2. La policía
Uno de los tratamientos que se apunta como líder en el tratamiento del cáncer en el futuro es la inmunoterapia. La inmunoterapia consiste en estimular el propio sistema inmunitario para atacar el cáncer. La idea que hay detrás es que el sistema inmunitario ha fallado en su tarea de vigilancia, por lo que el cáncer se ha escapado de su control y ha comenzado a crecer. La inmunoterapia estimula las defensas para combatir el tumor.
El sistema inmunitario es un conjunto de estructuras y funciones muy complejo. Se puede explicar utilizando la metáfora de la policía: un conjunto de vigilantes que viajan por todo el cuerpo y cuando encuentran a alguien que no conocen le piden los papeles. Como ven que puede causar enfermedades o infecciones, le hacen una ficha para recordarlo en el futuro y lo echan. Esto es lo que hacen con virus, bacterias, etc.
Pero a veces algunos virus, o las células tumorales se disfrazan y los vigilantes inmunitarios no los identifican. Por eso los dejan marchar y es cuando los tumores pueden crecer. La inmunoterapia es como una policía de refuerzo, especializada en levantar disfraces. Para ello identifica las células tumorales como tales e impide su división.
3. La Champions League
De entre las metáforas para explicar el cáncer ésta va muy bien para los amantes del fútbol. La Champions League es un torneo de ámbito europeo, donde juegan los mejores equipos de cada país eliminándose entre ellos hasta que sólo queda un ganador. A quien le guste el fútbol tendrá un equipo preferido. O al menos, cuando jueguen dos equipos cualesquiera se decantará por uno o el otro.
El sentido de la metáfora es que la Champions se juega a lo largo de 9 meses, haciendo partidos cada semana con intervalos de descanso. En este aspecto se parece a algunos tratamientos del cáncer. El esfuerzo es constante, porque el cansancio se acumula, y el resultado es cada vez más decisivo. Cada una de las partes -los equipos de fútbol, como el tumor y el paciente- hacen jugar sus estrategias para ganar la partida.
Cada sesión de quimioterapia o de radioterapia se puede comparar con un partido. Además el paciente tiene a su lado un equipo técnico (el personal sanitario), una afición (la familia y los amigos) y un entrenamiento (las sesiones de tratamientos previos). Y se hace un seguimiento constante de los resultados.
4. Hemos coronado la cima
El tratamiento del cáncer se puede comparar con subir una montaña. Sabemos qué día comenzar y se planifica con antelación. Y lo puede hacer una persona sola o acompañada. Implica escoger el camino, coger el ritmo e ir avanzando. El cansancio se acumula y a ratos hay que parar para descansar. Se necesita un esfuerzo sostenido. Algunas personas quieren marcar la ruta y otros se dejan llevar.
Cuando se sube una montaña -o cuando se hace tratamiento por cáncer- es más sencillo si se hace con compañía. Porque mientras se sube se puede comentar el paisaje. Y el paciente y los familiares pueden ayudar entre ellos cuando hace falta. Incluso podemos encontrar otras personas que hacen la subida por su cuenta. También puede haber un guía para hacer trayecto, aunque no todo el mundo lo necesita.
Al final de tratamiento está la cumbre. Hay silencio, se ve todo el esfuerzo que ha quedado atrás, y se encuentran testimonios de personas que han llegado antes. Habiendo descansado y contemplado el paisaje es momento de volver a la normalidad. El paisaje es el cambio de identidad que tienen muchas personas a raíz de la enfermedad, y que tiene aspectos positivos y aspectos negativos. El ascenso puede ser una auténtica experiencia de aprendizaje. La bajada (vuelta a la normalidad) es más fácil que la subida, pero debe hacerse cuidando de no caer. Sin prisas.
5. La chocolatina
Esta es una de las metáforas para explicar el cáncer que cojo en préstamo de una compañera de profesión. Las circunstancias en las que se le ocurrió eran delicadas, pero lo consiguió. Se trataba de explicar a una niña de 6 años que su padre había muerto y que sería incinerado. Ya se pueden imaginar dónde está la dificultad: aparte de que el concepto que pueda tener de la muerte una niña de 6 años es muy inmaduro, los niños saben que el fuego quema y duele. Costaría mucho explicarle que su padre sería quemado sin que lo viera como algo horroroso.
Con el asesoramiento de la psicooncóloga la madre compró una chocolatina. La desenvolvió y se la puso en la mano. El chocolate se fue deshaciendo hasta quedar totalmente fundida. Entonces le explicó a la niña que el padre era como la chocolatina. Que el pondrían a un lugar donde había calor -una palabra más agradable que quemar– y que se iría deshaciendo poco a poco, sin que le hiciera daño.
Una ventaja añadida de esta metáfora es que la niña relacionaba el chocolate con la dulzura. Por lo tanto le fue más fácil aceptarlo.
El cancer es como un viaje sin destino exacto.
Cuando llegas a la estación del autobuses (medico) no sabes a donde viajaras, pero sabes que vas a viajar, y por eso mismo te encuentras un poco ansioso, cuando te acercas a la fila para comprar tu boleto te gustaría estar acompañado con algún ser querido, y cuando llegas a comprar y saber a donde es tu destino, con la sorpresa de que no es a donde esperas, aveces tu vista se nubla otras veces ni escuchas, lo que te entristece, pero aún así debes hacer el viaje. continuara…
Hola Carlos Alberto, muchas gracias por tu participación. Es una metáfora que creo que expresa muy bien la incertidumbre y la sensación de entrar en un túnel que sigue al diagnóstico del cáncer. Además, en palabras muy bonitas!